Llegas a tu tiempo, pillín, para ordenar todos los tiempos,
propios y ajenos, previstos e imprevistos.
Traes idea de comienzos y obligas a mirar de frente algunos finales
Vienes al mundo igual que los bebitos a su primer capacho, chapoteando entre brindis y buenos deseos.
Con la ilusión coqueteas, esa misma que nos obligas a reinventar,
y toda tu incertidumbre la vemos hoy como espléndida posibilidad.
Esa magia que obras en esta hora inminente la encontré sencilla y fascinante, maravillosamente resumida en la paradoja que preside estas líneas, cuya anónima plasmación visual luce públicamente en un céntrico muro del cántabro Cabezón de la Sal.
Te viviremos a ratos haciendo equilibrios, a ratos columpiándonos en tu horizonte.
Bienvenido seas, 2022: me temo… lo mejor.
Gracias por esta espléndida posibilidad que ofreces y que conduce directa, por mero gusto y capricho de quien suscribe, a esa otra Posibilidad que abrió Emilie Dickinson algunos años atrás.
Me temo lo mejor para tu 2022, querido lector, querido oyente, y con ferviente deseo, por una vez, de que mi temor se haga realidad, te envío esta Posibilidad en forma de poema que con vivo interés tradujo Amanda Berenguer, otra mujer de buenas letras, uruguaya por más señas:
Yo habito en la Posibilidad ─
una Casa más hermosa que la Prosa ─
más numerosa en Ventanas ─
Superior ─ en Puertas ─
de Aposentos, como Cedros ─
inexpugnables al Ojo ─
y por Perenne Techo ─
las Cumbreras del Cielo ─
por Visitantes ─ los más bellos ─
por Ocupación ─ Esto─
extender abiertas mis angostas manos
para recoger el Paraíso ─
2 comentarios en «2022: me temo lo mejor»
Con esta maravillosa felicitación, me dejas sin palabras y solo me queda el manido «feliz año nuevo».
Precioso. Yo también me temo … Lo mejor … Feliz 2022
???